A fines del año 2016, asumí la Presidencia del Partido Justicialista de Mendoza con la impostergable decisión de lograr la unidad de los distintos sectores que componen el campo nacional, en un contexto de retroceso para los intereses del pueblo argentino.
El impacto de la crisis causada por la política económica, ya no sólo se siente en el bolsillo, sino que se está cobrando cientos de miles de desocupados. Por eso hemos dicho que tanto Macri como Cornejo deben cambiar el rumbo.
Asumiendo la presidencia del partido y el cargo de Diputado Nacional, banca que es de todos los mendocinos y en conjunto con un vasto grupo de compañeras y compañeros, planteamos posiciones sobre cada una de las decisiones tomadas en el país y en la provincia.
Entre ellos, se encuentran los presupuestos para el 2018 y 2019, tanto provinciales como nacionales, a los cuales nos opusimos férreamente porque advertimos la cantidad de recursos destinados al pago de intereses de la deuda disminuyendo lo destinado a la producción, la educación, el desarrollo de la ciencia y la técnica.
En Mendoza, Cornejo nos deja un nivel de endeudamiento público que compromete las cuentas provinciales. “Los mendocinos que no queremos que nos sigan endeudando tenemos que estar muy unidos” decíamos hace algunas semanas y lo seguimos afirmando.
Desde que Macri y Cornejo asumieron sus cargos, eliminaron todo tipo de protección a las industrias locales. Ahora, nos encontramos en las góndolas de los supermercados con vinos, frutas y verduras importadas. Esto es, sin duda, una cachetada al orgullo de los mendocinos, a los productores, a los trabajadores de la tierra.
Debemos brindar a las empresas las herramientas de política fiscal necesarias para propiciar su protección y desarrollo, a fin de favorecer la generación de empleo digno y de calidad. Por eso debemos trabajar en conjunto con las entidades civiles, cámaras empresarias y representantes de los trabajadores.
La economía mendocina está frenada: los comerciantes no venden, los mendocinos están sin plata y la obra pública es financiada con recursos nacionales. Esto nos preocupa, porque de continuar este camino el horizonte de este gobierno está lleno de desempleo, pobreza y desesperanza y eso no le conviene a nadie.
También nos opusimos a la reforma previsional. Hoy nuestros jubilados sufren cada vez más el hambre y la falta de acceso a medicamentos vitales: la jubilación quedó un 20% debajo de la inflación anual. Nuestros abuelos merecen una vejez digna.
Los tarifazos y la inflación galopante, cercana al 160% en tres años, han calado hondo en los bolsillos. Mendoza no escapa de esta realidad nacional, en nuestra provincia el índice de desocupación y de inflación superan a los de la Nación. Detrás de cada punto más de inflación, hay miles de familias que caen en la pobreza.
La educación de los niños y los jóvenes y la situación de los trabajadores de la educación nos alarma. Los hechos demuestran que están ajustando sobre quienes cargan con sus espaldas la difícil tarea de enseñar en condiciones que sabemos no son óptimas. Las escuelas caen a pedazos y se inundan, como ocurrió hace días en Lavalle. Nosotros nos hemos comprometido con los estudiantes y trabajadores en la defensa de la educación pública y gratuita. Queremos propiciar una educación inclusiva y de calidad, y un incremento del presupuesto destinado a educación del 6% al 8% del PBI, impulsando herramientas que permitan el desarrollo y la plena defensa de la investigación y la ciencia nacional.
La intensificación de los reclamos populares ha ido en consonancia a esta angustiante realidad. El gobierno pretende garantizar la transferencia de recursos con las fuerzas de seguridad en las calles. No queremos a la policía contra docentes, jubilados, desocupados ni trabajadores. Debemos profesionalizar nuestras fuerzas en el combate hacia la inseguridad, abarcando integralmente este problema.
Cornejo pretendió ampliar el número de jueces de la Suprema Corte de Justicia, decisión que en conjunto con otras fuerzas logramos impedir su aprobación. Mientras el gobernador está preocupado por aumentar su poder, nosotros nos preocupamos por lo que pasa en la provincia. Nos alarma el avasallamiento a los más elementales principios democráticos y republicanos.
El nivel de justicia de una sociedad se mide por la cantidad de trabajadores y trabajadoras que hay en la misma; por el monto de remuneración del trabajo humano, y por el grado de emancipación de sus mujeres. En el país y en la provincia hay cada vez menos trabajo. Tristemente, vivimos en una sociedad cada vez más injusta.
Finalmente, creemos que la mejor expresión de nuestro ideal popular y nacional, es nuestra lucha por los derechos de las mujeres argentinas. La mejora de sus condiciones económicas es un camino que no debemos abandonar: las argentinas tienen mayor grado de desempleo, y las que aún conservan su trabajo cobran menos que los hombres por la misma actividad. El presupuesto votado por el Congreso de la Nación vuelve a atentar contra ellas: se cierran hogares para víctimas de violencia de género, planes de ayuda y protección estatal.
Son alarmantes los casos de homicidios, maltratos físicos y psicológicos que expresan a diario los medios de comunicación. Por eso debemos dar celeridad a la justicia, presupuesto a nuestras fuerzas de seguridad y ayuda inmediata a todas las mujeres que padecen esta situación. Nuestro compromiso con ellas es inquebrantable.
Haciéndonos carne de esta justa causa es que decidimos crear la Secretaría de Género y Diversidad dentro del partido, y participamos activamente a la hora de discutir y aprobar la paridad género en las listas electorales y en las listas para las elecciones internas del Partido.
Estamos convencidos, que la única manera de colaborar en la solución de todos estos problemas es a partir de la unidad de los sectores que componen el campo nacional. Cada uno de los hechos políticos que se han desarrollado en estos últimos dos años demuestran la capacidad de los distintos sectores de consensuar posiciones y acciones políticas que mejoren las condiciones de vida de cada mendocina y mendocino.
El aquí y el ahora nos impone la necesidad de mantener, cuidar y generar nuevos puestos de trabajo, en defensa del salario y la industria.
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